La novela de Sergio Gómez tiene muchos ingredientes para cautivar y entretener. El crimen de un niño en un colegio “bien” en el sur de Chile es el tema que investiga un periodista de un diario local en el que se entrecruzan historias, disputas, viejas historias, intereses. Pueblo chico, infierno grande en un país que ha cambiado tanto como el nuestro es más que suficiente para hacer un buen libro.
El periodista que fue pareja de la mujer del carabinero jefe del pueblo, amigo desde el colegio del carabinero “tontorrón” que le entrega información con el que juega fútbol en un equipo de barrio, una periodista que estudió gracias a la generosidad de la pareja encargada del colegio donde se produjo el crímen (parte de una red de colegios privados), son algunos de los tantos detalles que van condimentando el relato. Todo ellos en el contexto de las protestas estudiantiles del 2011.
La felicidad de los niños se lee fácil, rápido. Pero lo más probable es que después quede muy poco. Porque hay poco más allá de la entretensión y de muchos errores poco aceptables para una editorial gigante (Penguin Random House) y para un escritor con una buena trayectoria. Desde problemas de tipeo que ya aparecen en la segunda página (desparecido) del libro a algunas incoherencias en el relato (como la existencia o no de un cine, página 12 y 65), sin contar algunos aspectos que nunca quedan claros. En resumen: una novela entretenida y decepcionante.
Sergio Gómez (Temuco, 1962)
Estudió Derecho y Literatura en la Universidad de Concepción, co-fundador del suplemento juvenil Zona de Contacto de El Mercurio y co-editor de la antología McOndo (1996) de nuevos narradores hispanoamericanos (con Alberto Fuguet). Ha escrito Vidas ejemplares, El labio inferior, La mujer del policía, La obra literaria de Mario Valdini y Patagonia. Ha sido finalista de los premios Rómulo Gallegos, Planeta de Argentina y Jorge Herralde de novela.
Ficha técnica:
Título: La felicidad de los niños
Sello: Suma
N° de páginas: 228
PVP: $10.000
