Aún no termina la ola de críticas por el caso Caval y la compra de terrenos con posible información privilegiada, y ya se dio a conocer un nuevo contrato que involucra a uno de los socios de esta empresa con millonarios negocios en Machalí.
Durante la jornada de este viernes, la revista Qué Pasa reveló un segundo contrato que abre una nueva brecha de negocios para Mauricio Valero, quien junto a Natalia Compagnon -nuera de la presidenta Michelle Bachelet- controla la ya conocida empresa Caval.
Se trata de un documento del hombre que se encargó de “salvar” el millonario negocio que generó problemas en la Moneda y que gatilló la salida de Sebastián Dávalos desde la Dirección Sociocultural.
Hablamos de Hugo Silva, dueño de la empresa Silca, quien en febrero de este año firmó el contrato de compra-venta que entregó $9.500 millones a la empresa Caval por los predios Santa Elena, San Diego y Santa Cecilia, un total de 44 hectáreas ubicadas en la Carretera del Cobre a la altura de la comuna de Machalí.
Lo anterior en un negocio que fue logrado gracias a un préstamo de $6500 millones gestionado entre Sebastián Dávalos, Natalia Compagnon y el Banco de Chile a través de Adrónico Luksic, para la compra original de esos terrenos que luego fueron adquiridos por Silca y que reportaron $2500 millones de ganancia para la empresa de la nuera de Michelle Bachelet.
Dicho contrato fue acompañado por otro documento, que establece que el socio de Caval, Mauricio Valero, a través de su empresa Inmobiliaria e Inversiones FVM, tiene la atribución exclusiva para vender nuevamente los terrenos que ya habían sido traspasados a Hugo Silva, pero a un monto mínimo de $14.700 millones (variable según la UF) y en un plazo de un año.
Los predios pueden ser vendidos a uno o varios compradores en forma simultánea, incluyendo sus derechos de agua.
Con esto, Valero tiene la posibilidad de obtener una cifra superior a los $1000 millones, en una situación de venta por el mínimo pactado, pues se había establecido una ganancia del 26% sobre la utilidad para el socio de Caval, y además cuenta con la posibilidad de ceder dicho contrato de reventa a otra sociedad de su representación, en este caso la que comparte en un 50% con Natalia Compagnon.
Dicha esta información, Hugo Silva, que adquirió los terrenos también gracias a un préstamo obtenido tras gestiones con el Banco de Chile, aparecería casi como un intermediario para un eventual negocio mayor de Caval, pues de hecho en el contrato la empresa Silca se compromete a abstenerse de vender o realizar gestiones para la venta durante un año. Es decir, los terrenos comprados por Silva quedan en manos del socio de Natalia Compagnon hasta que sean vendidos a un precio mayor al original, con la posibilidad de obtener una ganancia que bordearía los $3000 millones, también en un escenario de venta por el mínimo establecido.
Sin embargo se produjo un quiebre fundamental en esta aparente sociedad, pues hace unas semanas Hugo Silva levantó una querella contra Caval que busca anular el trato, ya que todo el negocio original se basaba en el futuro cambio de plan regulador de la zona, que elevaría el precio de los terrenos y aseguraría los precios mínimos pactados. Sin embargo esto quedó detenido tras hacerse público el millonario negocio.