Los hombres de la música que acudieron a la gala de la 57a entrega de los Grammy en el estadio Staples Center, tampoco decepcionaron la noche del domingo en la alfombra roja.
“Es muy, muy surrealista”, dijo el cantante Sam Smith, ganador del Grammy a Mejor artista nuevo, cuando aún caminaba por la alfombra roja y el canal E! le preguntó sobre su meteórico ascenso.
Pharrell Williams, otro de los grandes favoritos de la noche, lució un traje de chaqueta y bermudas blancas de Adidas, con la que se paró junto a su esposa. Pero al menos no llevó el sombrero alto de Vivienne Westwood que dio tanto de qué hablar el año pasado.
Más tarde, Williams actuó vestido como un botones, de guantes blancos y zapatos amarillos, acompañado por un coro de decenas de bailarines y músicos, con un solo de piano en el medio incluido, con su popular Happy.
Ed Sheeran fue otro de los que lució, aunque algo más informal, no dejando de lado sus zapatillas y estilo juvenil.
Más discretamente, John Legend optó por un traje Dolce y Gabbana gris, sin corbata.
Su esposa, la modelo Chrissy Teigen, estaba muy sensual en un vestido Gucci con cortes estratégicos que mostraban las desnudeces y curvas de las que habla Legend en su tema All of Me.