El Consejo de Monumentos Nacionales aprobó, este miércoles, la solicitud que busca declarar como Monumento Histórico al ex Centro de Detención en Balneario Popular Rocas de Santo Domingo.
La solicitud fue presentada por las ex presas políticas Ana Becerra y Beatriz Miranda, los arquitectos Miguel Lawner y Renato Hernández junto a los periodistas Javier Rebolledo y Fernando Villagrán.
“El triunfo es de todos los compañeros que estuvieron allí que nos dejaron este legado, de que teníamos que defender su historia su memoria. Es por ellos que esta lucha se ha dado, porque no queremos que su muerte quede olvidada”, señaló Ana Becerra sobreviviente de Tejas Verdes, después de conocida la resolución de la entidad compuesta por 18 miembros y dependiente del Ministerio de Educación.
Por su parte, Cosme Caracciolo, dirigente de la pesca artesanal y también sobreviviente dijo que es interesante rescatar los sitios de memoria, pero consideramos “que nuestros muertos y desaparecidos se merecen esto y mucho más, pero el homenaje más grande que nosotros podemos hacer es rescatar la memoria viva. Enseñarles a las nuevas generaciones el tema de los derechos humanos para que no se repita. Un pueblo que no reconoce su historia está condenado a repetirla”.
Según publica el Consejo de Monumentos Nacionales, entre los argumentos que fundamentaron esta aprobación de solicitud “destaca que el sitio Balneario Popular, fue reconvertido en uno de los primeros centros de detención y tortura clandestino que operaron en el país y campo de entrenamiento para agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), siendo testimonio del origen y conformación de un sistema para cometer violaciones a los derechos humanos por parte de agentes del Estado durante la Dictadura Militar”.
Junto con ello se estimó que Tejas Verdes “es un reflejo de la historia reciente del país y de la memoria de las víctimas de la represión como política de Estado y su preservación en el tiempo es una contribución a la educación en la promoción de los Derechos Humanos”.
Cabe señalar que entre los años 1973 y 1976 fue un recinto de detención y tortura de la DINA además de ser un campo de adiestramiento para sus agentes.