Existen muchas situaciones que pueden impedir que las mujeres disfruten al momento de mantener relaciones sexuales, entre ellos está la anafrodisia o anorexia sexual, la disfunción más común en mujeres de todas las edades.
Odette Freundlich, directora de Centro Miintimidad, explicó que la anafrodisia es una deficiencia o ausencia de fantasías y deseo de actividad sexual. “Una mujer con este problema tiene una reducción significativa en pensamientos sexuales, una disminución notable en iniciar intimidad y esquiva los intentos de su pareja para tener relaciones sexuales” señaló.
Es necesario diferenciar una decisión voluntaria de no tener relaciones con tal o cual persona, de la inhibición o restricción del deseo debidas a problemas psicológicos y dilucidar si esta disfunción es primaria (de toda la vida) o secundaria (adquirida), generalizada hacia todas las parejas o situacional frente a una sola y en una situación determinada u orgánica, psicogénica, mixta, o de causa desconocida.
Cada mujer es diferente y tiene su propia definición de lo que es el deseo sexual normal, esto está basado en su historia personal, educación, cultura, experiencias sexuales, etc, A medida que la mujer avanza en edad, es frecuente que se decline su deseo sexual y disminuya la frecuencia de sus relaciones sexuales, por el déficit hormonal.
La kinesióloga especialista en rehabilitación pelviperineal y sexualidad, señala que las causas que pueden producir esta disfunción son varias, entre ellas problemas relacionales, emocionales o psicológicos, físicos, hormonales, medicamentosos.
Problemas de pareja.
Falta de atractivo sexual con su pareja.
Seducción inadecuada.
Falta de higiene de la pareja.
Humillación, mal trato, descalificación también son factores muy importantes.
Descontento y vergüenza con el propio cuerpo.
Problemas inconscientes derivados de una educación restrictiva donde el goce es pecado y digno del peor castigo.
Recuerdo de una experiencia sexual insatisfactoria.
Algunos antidepresivos.
Anticonceptivos orales en forma prolongada.
Algunas patologías como cáncer, la diabetes, la depresión, la incontinencia urinaria, los trastornos autoinmunes y la esclerosis múltiple.
Dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales.
La etapa del deseo está influenciada por la testosterona que es, por así decirlo, la hormona productora del deseo, tanto en el hombre como en la mujer.
“Esta hormona es producida en el hombre por los testículos y las glándulas suprarrenales y en la mujer sólo en estas últimas. Esto es muy importante puesto que si hay disturbios la etapa del deseo no se desarrolla con facilidad, el resto de la respuesta sexual como la excitación, lubricación y orgasmo, quedando como un recuerdo insatisfactorio de la relación, lo que podría influir a futuro en no tener deseos de repetir la experiencia” dijo Freundlich.
No hay que olvidar que el sistema glandular está íntimamente relacionado con el sistema nervioso central, así que toda alteración emocional o psicológica puede hacer impacto en la producción y regulación de las hormonas.
Finalmente la especialista agrega que normalmente, ante un estímulo adecuado y una seducción satisfactoria, puede ser activado el deseo, poniendo así en marcha la respuesta sexual. Por lo tanto muy importante diagnosticar el problema y saber cual es su causa, para direccionar el tratamiento.