Una nueva investigación asegura haber dado con la cualidad que hace que una persona sea siempre atractiva, tanto para hombres como para mujeres.

Se trata de un estudio publicado por Psychology Today, el que da cuenta de tres trabajos que concluyeron que la humildad es una característica valiosa y atractiva para las personas.

Para dar con esa conclusión, primero se definió lo que era ser humilde. Aun cuando pareciera ser que alguien así es aquel que rechaza los elogios y es caballero en situaciones de conflicto, lo cierto es que para la investigación el humilde es aquel que reconoce sus fortalezas y debilidades y está inclinado al altruismo.

Bajo ese concepto, un equipo de investigadores -liderados por Daryl Van Tongeren, profesor asistente de psicología del Hope College- llevó adelante tres experimentos que tenían por objetivo conocer si la humildad era un factor para una futura cita y si alguien con esa cualidad, podía ser perdonado en un caso hipotético.

El primer estudio abarcó a 41 estudiantes, quienes debieron crearse perfiles para citas que luego serían revisados por otros -tanto hombres como mujeres-. Para ello tenían que responder a una serie de preguntas a su personalidad. El resultado fuie que quienes obtuvieron calificaciones altas de humildad, eran quienes generaban mayor atracción de los encuestados, tanto para una cita como para incluso entregarles su número de telefónico.

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Para intentar confirmar esta valoración, 133 estudiantes tuvieron que rellenar perfiles que luego fueron modificados para parecer más o menos humildes, con oraciones tales como: “Soy un buen estudiante, pero no un ratón de biblioteca. Algunos dicen que soy inteligente, pero no me gusta tanta atención” y “Soy un buen estudiante, muy inteligente, pero definitivamente no un nerd. Supongo que es algo natural”.

El resultado fue nuevamente que los humildes, aquellos que no les interesaba la atención del resto, eran más preferidos que los que se jactaban de lo bueno que eran.

Para finalizar, los investigadores encuestaron a 416 estudiantes que actualmente se encontraban en una relación con preguntas relacionadas a cuán dispuestos estaban a perdonar. De ellos, la mitad se encontraba en una relación a distancia.

En las respuestas se confirmó que, en primer lugar, las personas no toleraban mucho tener a su pareja lejos, y que aquellos que consideraban que sus pares eran humildes -basados en experiencias anteriores- eran más propensos a ser personados que los que nunca evidenciaron esa cualidad.

“Sin duda vale la pena cultivar la humildad ya que es algo atractivo para las otras personas”, afirmó Van Tongeren.

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Una forma de saber la humildad de alguien, cuenta, es preguntarse qué tanto lo es uno y luego contrastarlo con otra persona. En este caso, Van Tongeren se autodefinió como una persona promedio en lo humilde, sin embargo al consultar a su esposa, ésta le dio medio punto por debajo de lo esperado. Es decir, estaba más cercano a la arrogancia que a la humildad dentro de la escala.