La creencia popular dice que si dejas un vaso de agua en una habitación toda la noche y al otro día amanece lleno de burbujas, significa que el lugar está cargado con energía negativa. Por el contrario, si el líquido está intacto, quiere decir que no hay ‘malas vibras’.
Lo cierto es que detrás de este mito no hay nada paranormal, sino que una explicación científica.
Según explicó el meterólogo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), Rick Watling, a la revista especializada Scientific American, los gases atmosféricos tales como el nitrógeno y el oxígeno pueden disolverse en el agua.
‘La cantidad de gas disuelto depende de la temperatura del agua y la presión atmosférica en la interfase aire/agua. El agua más fría y con mayor presión permite que más gas se disuelva; por el contrario, el agua caliente y con presión baja permiten que menos gas se disuelva’, explica.
En este contexto, cuando dejas un vaso con agua fría en una habitación cualquiera, es probable que ésta se entibie con la temperatura ambiente, lo que hará que el nitrógeno y el oxígeno lentamente salgan de la solución, formando pequeñas burbujas.
‘Si la presión atmosférica disminuye a medida que el agua se entibia, el equilibrio entre las moléculas de gas que salen y se unen a la interfaz aire / agua se desequilibra’, señala el experto, añadiendo que esto hace que el aire comience a salir del agua y se acumule en pequeñas burbujas de aire en la parte interior del vaso.