Luego de participar de un foro con representantes de la Iglesia Evangélica, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, se refirió a la idea del Gobierno de establecer un protocolo de acuerdo con la oposición, tal como se hizo en materia tributaria, para el caso de la reforma educativa, siempre que se respeten los pilares de fin al lucro, copago y selección.
“Si es sobre la base de entender que la educación no puede ser organizada como un bien de mercado, y eso requiere una calidad para todas y todos, nosotros estamos disponibles”, aseveró el secretario de Estado.
El ministro dijo escuchar con satisfacción las palabras de personeros de la Alianza que aseguran que en el 80% de los colegios particulares subvencionados no se lucra, por lo que, indicó, no ve ningún problema en que se termine con esta situación.
Por su parte, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, sostuvo que es necesario que temas así de relevantes se discutan y se llegue a posturas comunes.
“Yo creo que más que una declaración tiene que haber una voluntad de todos los sectores de intercambiar ideas ante la comunidad”, señaló.
En tanto, la ministra secretaria general de la Presidencia, Ximena Rincón, subrayó las palabras de Eyzaguirre y reiteró la existencia de la posibilidad de lograr un entendimiento con le derecha, puesto que como Gobierno no descartan ninguna opción para sacar adelante la reforma educacional.
En esa línea, el ministro secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde, reiteró que el Ejecutivo va a “promover el diálogo para resolver los problemas” de la educación, pero que en ese debate no se puede “desnaturalizar” el sentido de la iniciativa.
Sin embargo, desde la interna de la Nueva Mayoría lo idea aún no genera consensos.
El presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, esgrimió que todo depende de si la Alianza está dispuesta a cambiar su versión de la educación como un bien de consumo.
Palabras a las que se sumó el timonel del PPD, Jaime Quintana, quien aventuró que si la derecha se aferra a los principios de que el mercado domina el sistema educativo, no hay posibilidades de acuerdo y protocolo.