Hace cuatro años el Estado de Virgina en EE.UU. propuso al Gobierno, a modo de ahorro de dinero, que los empleados comenzaran a trabajar durante cuatro días a la semana y descansaran tres, pero a cambio se aumentaban las jornadas de trabajo de ocho horas a diez. Hoy especialistas explican que ésto no sólo volvería a los trabajadores más felices, sino que también más productivos.
¿Crees que esto podría ser una mala idea? En 1950 el líder de la unión de sindicatos de Estados Unidos, Walter Reuther, introdujo éste concepto a algunas industrias, pero fue eliminado por el actual sistema de trabajo, según indica el medio estadounidense Salon.
Sin embargo en el actual modelo aún existen algunas empresas que siguen aplicando el sistema de trabajar 4 días a la semana. Un ejemplo es la compañía de educación Treehouse, cuyo director ejecutivo, Ryan Carlson no piensa volver al antiguo formato y afirma que gracias a ésto aumentó la producción y la moral de los empleados. De hecho el trabajo de esta empresa ha motivado a otras como Slingshot, dedicada a las estrategias de mercado, a poner en marcha los cuatro días a la semana.
Otro ejemplo de esto es el co-fundador de Google, Larry Page, quien invita a una flexibilidad horaria y explica que esa mentalidad de “trabajar frenéticamente” simplemente no tiene sustento.
De hecho las encuestas muestran que el 70% de los millonarios piensan que trabajar cuatro días a la semana es “una idea valida”, y hace poco el mexicano billonario Carlos Slim llamó a tener semanas con tres días de trabajo.
Trabajadores más productivos
Si crees que la productividad disminuirá, estás lejos de lo correcto. El sitio America Online dio a conocer una encuesta en la que los trabajadores perdían dos horas por cada ocho de trabajo (haciendo llamadas o navegando en la web). Pero si se les da la opción de perder un día de trabajo, los comportamientos laborales cambiarían para priorizar los cuatros días.
De acuerdo a los resultados de diferentes experimentos relacionados con el acortamiento de la jornada laboral semanal, la productividad aumentó. Por ejemplo, el Estado de Utah cambió el horario de cinco a cuatro días, logrando que el rendimiento aumentara y también la satisfacción de los usuarios del sistema público.
Otro caso en el que se cambió el modelo laboral teniendo un resultado favorable fue en Basecamp, una compañía que se dedica a gestionar proyectos de diferentes empresas. Su fundador y director ejecutivo Jason Fried, explicó al New York Times que sus empleados hacen un mejor trabajo en cuatro días.
Más felicidad en el ambiente laboral
Tener tres días de descanso fomenta la felicidad y la moral de los empleados, ya que les ayuda a pasar más tiempo con sus familias, realizando actividades de interés propio y además pueden involucrarse en eventos de sus comunidades.
Todo esto aumenta y se mantiene al tener a los trabajadores en un ambiente sano y comprometidos con la compañía.
Además los lunes ya no son los mismos, para quienes ya están bajo la política de cuatro días a la semana. Volver a comenzar la rutina laboral es mucho más fácil debido al equilibrio que existe entre el descanso y la compañía, explica Carlson.
Disminución de los problemas de salud
John Ashton, médico en el Reino Unido, llamó a los empleadores a cambiar su sistema de trabajo para reducir el estrés. El especialista llama al actual modelo “una mala distribución del trabajo”, que daña la salud de las personas y genera problemas a la presión y adicción, los que podrían disminuir al tener una jornada de menos días.
De hecho los problemas para dormir o el dolor a las rodillas, incluso las enfermedades como la obesidad, que están relacionados con la poca actividad física irían a la baja al poder contar con más tiempo para disfrutar la ciudad al aire libre.