La presidenta Michelle Bachelet se reunió este lunes con su homóloga Cristina Fernández, en el marco de una visita oficial a Argentina para afianzar los lazos políticos y económicos, y avivar la tibia relación que hubo entre ambos países durante el gobierno anterior.
En la oportunidad, ambas mandatarias enfrentaron a la prensa donde abordaron temas que competen a ambos países, como el polémico proyecto Pascua Lama, de la minera canadiense Barrick Gold, que prevé la construcción de la mayor mina de oro a cielo abierto del mundo, emplazado en la frontera chileno-argentina.
El yacimiento, ubicado en la frontera entre Chile y Argentina, se encuentra paralizado desde abril del año pasado por orden de otro tribunal, tras acoger una demanda de comunidades indígenas diaguitas que acusan a la minera de causar un daño ambiental al contaminar glaciares aledaños que surten un río vital para su supervivencia.
Al respecto, Bachelet señaló que “es evidente que nuestro país tiene una institucionalidad ambiental y judicial que nosotros respetamos plenamente”.
En la misma línea, Fernández destacó la separación de poderes del Estado, agregando eso sí, que al menos en Argentina la contaminación la producen otras instancias y no necesariamente las mineras.
“Las presidentas podemos hacer comentarios entre nosotras respecto a esas cuestiones, pero no tomar decisiones”, indicó la Jefa de Estado argentina.
“La minería per se no es ni buena ni mala en si misma, sino que en realidad hay que arbitrar todas las inspecciones y políticas tendientes a que se desarrolle en un respeto total al medio ambiente”, indicó.
Recordemos que el Tribunal Ambiental de Chile determinó mantener la paralización del proyecto minero y la obligación de construir, a la brevedad, las obras de resguardo necesarias para la protección de los recursos hídricos.
El proyecto, ubicado a más de 4.000 metros de altura, contempla una inversión de más de 8.000 millones de dólares.