Tanto la Iglesia como la Fiscalía Centro Norte desarrollan en paralelo las investigaciones en torno a la denuncia realizada por Ciper por los procesos de adopciones irregulares entre las décadas del 70 y 80 donde algunos bebés fueron dados por muertos para ser entregados a otros padres. El ex sacerdote del colegio de los Sagrados Corazones de Manquehue, Gerardo Joannon, admitió al mismo medio que tuvo participación en esta instancia.
El artículo generó diversas reacciones y motivó a que se dieran a conocer nuevos casos de personas afectadas. Entre éstas se encuentra Matías Troncoso, quien asegura que su familia adoptiva era amiga del sacerdote y pidió a través de las pantallas de Canal 13 que se le entregue información respecto a sus verdaderos padres.
El religioso, en conversación con Tele13, se cerró a la posibilidad de entregar mayor colaboración para clarificar los casos. “No voy a ayudar nada, porque no tengo nada más que decir”, declaró en exclusiva al noticiero.
Junto a ello, descartó tener mayores vínculos con los padres y subrayó que su rol solo era de nexo: “Yo no tengo ninguna relación con ningún papá, nunca supe quiénes son los papás, nunca estuve reunido con ellos [...] Lo único que hacía era ponerlos en contacto con una persona que estaba con problemas, con un médico que se preocupaba de ubicar familias que estuvieran deseosas de tener hijos”, añadió.
En tanto, descartó tener vínculos con la familia de Matías Troncoso. “No tengo idea quién será”, sostuvo al respecto.
Además, Joannon afirmó a los micrófonos del canal que desconocía mayores informaciones sobre los bebés involucrados. “Yo nunca le dije a nadie que habían muerto porque no sabía si habían nacido, si era hombre, si era mujer, nunca supe nada de nada”, aseveró el suspendido sacerdote.
Uno de los afectados es Andrés Rillón, hijo del comediante del mismo nombre, cuya hija fue entregada en adopción en este marco pese a que se la había dado por muerta. La hermana del afectado, María Elvira Rillón, afirmó que el religioso celebró misas en memoria de la bebé, lo que Gerardo Joannon descartó de plano.
“Nunca celebré misa de difunto, yo celebré misa para entregarle al señor la oración de la familia que estaba sufriendo, de esa madre que estaba sufriendo”, aseguró el sacerdote.