Cerca de 150 familias del sector de Chacao le propusieron a la presidenta Michelle Bachelet a través de una carta, la designación de un delegado especial por el impacto negativo que generará en la comunidad la construcción del puente entre la Isla Grande de Chiloé y el continente, si no se establecen medidas de mitigación.
La villa de Chacao es la puerta de entrada al archipiélago de Chiloé y sus habitantes, si bien no se oponen a la construcción del puente, ven con preocupación el aislamiento en el que quedarían con la nueva infraestructura.
Esto porque la nueva ruta no permitiría un ingreso directo en más de dos kilómetros, y no ven con buenos ojos el aumento de la población flotante por las faenas, que provocarían déficit de servicios básicos como agua, salud, colapso en los precarios sistemas de evacuación de aguas servidas y alimentación.
Para el presidente de la junta de vecinos Alonso de Ercilla, Andrés Ojeda, el actual Gobierno tiene la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los lugareños, por lo que debe dotarlos de equipamiento básico para ser una villa urbana, fortalecer los servicios turísticos e impulsar las inversiones de empresas sustentables.
Si bien existe una cartera de proyectos que se encuentran en distintas etapas, llama la atención que en la carta entregada a la presidenta Bachelet durante su visita a la zona, no se mencione la gestión que podría realizar la alcaldesa de Ancud, Soledad Moreno.
A ello, el dirigente respondió que si bien los respalda, al construirse una ruta costera entre Chacao-Dalcahue-Quemchi, los visitantes no ingresarían a Ancud.
Los habitantes de la villa Chacao quedaron a la espera de una acogida favorable respecto al pliego de peticiones y la instalación de un delegado especial, ya que como punto de partida insisten en que se deben acelerar los proyectos de conexión de una puntera de agua potable y la declaración de zona urbana.