Deportes Iquique derrotó por 3-1 a Huachipato y se quedó con la edición 2013-2014 de la Copa Chile, sumando el tercer trofeo de este tipo en su historia, luego de sus triunfos en 1980 y 2010.
Ya al momento de revisar las formaciones se anticipaba una diferencia en la forma en que ambos elencos enfrentaban la final. Mientras Deportes Iquique dispuso una formación con habituales titulares, el técnico de Huachipato, Mario Salas, decidió reservar a varias de sus figuras, pensando en sus compromisos por el torneo nacional, donde lucha por evitar el descenso a Primera B.
Y esa situación se reflejó rápidamente en el marcador, ya que a los 4′, un arranque en diagonal desde la izquierda y posterior pase de Rodrigo Díaz le permitió encontrar en buena posición a Manuel Villalobos. El goleador definió con un derechazo alto que dejó sin opción al portero Jiménez, decretando la apertura de la cuenta.
Y si los de Talcahuano esperaban retomar fuerzas e intentar la igualdad, el autogol anotado por el lateral Nicolás Crovetto a los 12′ -un cabezazo desafortunado tras un toque de Romero- fue un golpe duro a sus deseos y una inyección anímica para los nortinos.
De todas formas, los acereros tuvieron una opción de acercarse en el primer tiempo, cuando el portero Rodrigo Naranjo derribó en el área a Reynero y Bascuñán sancionó penal. Pero el golero y referente de los celestes detuvo en el 30′ el tiro al centro de Juan José Morales y mantuvo la ventaja.
El segundo lapso mostró a un Mario Salas decidido a buscar un mejor resultado, decidiendo el ingreso de Arrué, Espinosa y Llanos, parte de la columna vertebral negriazul. Y eso quedó claro en el juego, con un Huachipato más adelantado y forzando el trámite, pero sin grandes opciones de gol.
Pero en el 84′, un nuevo penal sancionado por Bascuñán -una discutible mano de Zenteno que terminó con el central expulsado- permitió a Arrué descontar en el marcador y poner algo de ilusión a los de la Octava Región, la que se terminó por derrumbar en el minuto 86, con un golazo de Pinares, quien con un remate desde 25 metros que ingresó al ángulo derecho de Jiménez puso cifras definitivas a favor de los Dragones.
Así llegó el final del juego. El pitazo de Bascuñán desató la algarabía de los jugadores y los cerca de mil hinchas que acompañaron a los celestes en el Estadio Monumental. Y también, a la distancia, a toda una ciudad que, azotada por la catástrofe, tiene con el título de Copa Chile una pequeña alegría cuando más la necesitaba.