No todas las relaciones de pareja son susceptibles de durar para toda la vida. Es más, muchas de ellas se mantienen por más tiempo del que deberían y otras ni siquiera debieron haber surgido.
Según la psicóloga clínica y experta en relaciones de pareja, Carmen Harra, las emociones y el apego nos impulsan a extender forzadamente relaciones destinadas a ser temporales. “Nuestra voluntad obstinada de ‘arreglar las cosas’ puede causar dolor a nosotros mismos y nuestro amado”, asegura.
Por ello, cuando nos enfrentamos a una relación complicada o no satisfactoria es importante reflexionar al respecto y “sopesar la verdad de nuestra propia relación”.
La experta explica que existen cuatro tipos de relaciones amorosas. “Cada una sirve a un propósito único y necesario para nuestra mejora y evolución. Podemos experimentar sólo un tipo de relación a lo largo de nuestra vida, o podemos pasar a través de la gama completa, esto depende de la curiosa interacción entre el destino y el libre albedrío”, afirma.
A continuación revisa cuáles serían los 4 tipos según la especialista. ¿Cuál describe la tuya?
1. Transitoria
“Una relación transitoria actúa como un puente entre dos fases de la evolución”, señala Harra, añadiendo que con ésta se puede lograr un cambio o aliviar la carga de los grandes cambios de la vida. Por ejemplo, una relación durante la adolescencia permite madurar y aprender las primeras lecciones en torno al amor que servirán en el futuro.
Asimismo, una relación transitoria después de un largo matrimonio que terminó, puede ayudar a una persona a hacer frente al divorcio hasta sanar las heridas.
Las relaciones transitorias son temporales, pero sirven para “empujar suavemente a una persona de un nivel de autotransformación al siguiente”, dice la experta.
2. Kármica
“El karma no es una fuerza maliciosa que trae de vuelta nuestras malas acciones de nuevo a nosotros. Es la acumulación energética de cada una de nuestras acciones, tanto buenas como malas”, señala la psicóloga, añadiendo que una relación kármica siempre implica la ruptura de algún patrón o ciclo de situaciones recurrentes. Además, suelen ser muy intensas.
Sin embargo, cuando se logra romper el patrón determinado, la relación puede llegar a su fin porque el objetivo se ha cumplido. “Las relaciones kármicas son experiencias enriquecedoras que pueden ser progresivas, y satisfactoria , ya sea temporales o de largo plazo”, explica.
3. Compromiso
Según Harra, es la más común de las 4, se produce cuando dos personas se unen sobre una base de comodidad, que se puede relacionar con la estabilidad financiera o emocional. La experta dice que muchas relaciones siguen este camino porque les resulta difícil tomar rumbos diferentes, no por amor.
“En pocas palabras, ‘se establecen’ el uno para el otro. Pueden tener hijos, lo que les hace sentir que se supone que deben estar juntos, aunque ninguno de los dos esté completamente enamorado. Las relaciones basadas en un compromiso nos mantienen atrapados en una ‘zona de confort’”, señala la terapeuta.
Ella añade que es importante evaluar si estamos realmente contentos con nuestra pareja, o simplemente cómodos. “En mi práctica a menudo escucho a mis pacientes declarar que su esposo es un gran padre para sus hijos, pero que ellos saben en el fondo que su relación es un compromiso”, afirma.
“He visto relaciones de compromiso que han durado toda la vida, porque ninguno de los dos quería dejar ir al otro. Aunque el problema de las relaciones de compromiso es que uno o ambos cónyuges pueden no estar completamente satisfechos, la decisión de quedarse o irse es personal”, manifiesta.
4. Conmovedora
Este tipo de relación sentimental representa un lazo más profundo que el nivel físico o emocional. Suelen durar mucho tiempo y “están marcadas por una intensa conexión entre dos personas, una que incluso puede ser difícil de transmitir con palabras”.
“Pueden terminar las frases del otro, son los mejores amigos y han adoptado la mentalidad de ‘nosotros’ contra el mundo”, indica la profesional.
Esto no quiere decir que no experimenten problemas a lo largo de la relación. La diferencia es que son capaces de resolverlos con mayor facilidad que las parejas que no están vinculadas por lazos sentimentales tan fuertes.
“Las relaciones amorosas ocupan un lugar fundamental en nuestras vidas. Pero tal vez nuestra tarea más difícil consiste en desenredar el nudo emocional para revelar la función principal de nuestra relación. Separarnos a nosotros mismos de nuestros sentimientos lo suficiente como para evaluar la autenticidad de nuestra relación, puede hacer un mundo de diferencia en la calidad de amor que damos y recibimos”, afirma Harra.