Algunos pueden decir que su llegada demoró muchos años y que el subconsciente infantil ya ha inscrito a la tradicional ‘Barbie’ como un modelo a seguir. Pero para Nickolay Lamm esta premisa parece no ser una ley entre el público más pequeño.
Este artista estadounidense ha anunciado la creación de un prototipo de la clásica muñeca de ‘Mattel’, pero adaptándola a las medidas de una mujer típica de 19 años de ese país. Al respecto, el sitio de la BBC asegura que “A través de un proyecto de crowfunding ya casi consiguió los US$ 95.000 que necesitaba para empezar la producción de su muñeca”.
Lamm inició su travesía con la simple pregunta “¿Qué pasaría si las muñecas empezaran a tener proporciones humanas reales?”. Desde ese momento, el diseñador se esmeró en crear una Barbie distinta a la casi perfecta figura que por estos días luce el juguete en sus más variados oficios y trajes de fiesta.
Al respecto, Pat Hartley, una conocida experta en imagen corporal y quien además escribió un libro sobre la representación de las muñecas de Mattel señaló que “Al fin alguien fue lo suficientemente valiente como para mostrar cómo se ve una mujer real”,
Y esta valentía habría estado opacada, según Hartley, “porque mucha gente ha estado haciendo mucho dinero proyectando una imagen de mujer flaca como ideal. Principalmente la industria dietética y de la moda. Ya era hora de que alguien se rebelase”.
A pesar de aquello, Mattel se defendió públicamente ante las críticas y en una entrevista concedida este año, aseguró que “está diseñada para que se pueda jugar fácilmente con ella, sin tener en cuenta el realismo de sus proporciones”.
En el mismo bando de la fábrica de juguetes, quienes se han demostrado a favor de la actual imagen de Barbie son las columnistas del New York Times. En este sentido, la bloguera Justina Sharp señaló que “Barbie es una muñeca que ha estado presente en la infancia de millones de personas”, tal como lo indica el sitio de la BBC.
Por su parte, la experta Charlotte Alter del mismo diario añadió que “es difícil no sentir pena por Barbie”, asegurando que ha sido “atacada sin compasión, quitada de las manos de niños por padres políticamente correctos y usurpada por libertinas que carecen de su dignidad y profesionalismo”.
Lo cierto, es que hasta que no se aprecie a Lammily en las góndolas de supermercados o centros comerciales, el prototipo de los grupos infantiles seguirá regido por una muñeca que al parecer no representa la realidad corporal femenina.