Todo el mundo transpira, eso es un hecho, pero ¿cuándo se puede considerar que alguien suda más de lo normal?
El doctor Marcos Denis P. Davis, dermatólogo de la Clínica Mayo, explica que la transpiración es “una función normal del cuerpo que implica la liberación de líquido de las glándulas sudoríparas de la piel”. En otras palabras, es la forma que tiene nuestro cuerpo para “enfriarse” y mantener la temperatura adecuada.
Este fluido está compuesto principalmente de agua, pero también contiene azúcar, sales y productos químicos como el amoniaco. Además, el sudor en sí no tiene olor y cuando huele mal es porque se mezcla con las bacterias que se encuentran en la superficie de la piel.
Robert Fealey, neurólogo de la Clínica Mayo, complementa la información entregada por su colega, señalando que hay 2 tipos de sudor: el termorregulador (que se activa por el calor) y el emocional (que se activa ante situaciones de estrés).
Este último, por lo general, se manifiesta en manos, pies, axilas y frente, aunque algunas personas pueden experimentarla en todo el cuerpo. Por su parte, el sudor termorregulador se produce en las partes del cuerpo donde aumenta la temperatura, ya sea por ejercicio, fiebre o calor ambiente.
Los expertos explican que efectivamente algunas personas producen más sudor que otras y eso no quiere decir que estén mal o enfermas. “Los individuos sanos pueden sudar fuertemente si se exponen con frecuencia a un aumento de calor y humedad ambiental”, dijo Fealey.
En este sentido, Thomas Watson, cirujano y profesor asociado de la Universidad de Rochester, explica que algunas personas padecen una condición llamada hiperhidrosis y que ocurre cuando las glándulas sudoríparas de una persona son hiperactivas.
Watson comentó que este padecimiento puede clasificarse según la parte del cuerpo que afecta.
Por ejemplo, la hiperhidrosis palmar es cuando hay sudoración excesiva de las manos, la plantar es la que se genera en los pies y la axilar obviamente se registra en las axilas. Cuando la hiperhidrosis se produce como consecuencia de otra enfermedad -como hipertiroidismo- o debido a un medicamento, se denomina hiperhidrosis secundaria.
¿Cómo reconocer si tienes hiperhidrosis?
Las personas pueden sudar excesivamente en situaciones de estrés o cuando aumenta la temperatura, pero quienes padecen hiperhidrosis pueden hacerlo incluso sin razón aparente.
Sin embargo, aún así Watson señala que no existe una prueba diagnóstica definitiva para determinar si la persona padece esta condición.
“No hay manera de cuantificar la sudoración, y por lo tanto, el diagnóstico es muy subjetivo. Lo que una persona puede llamar hiperhidrosis, otra puede que no”, dijo, añadiendo que la mejor manera de saberlo es diferenciando entre la sudoración que puede ser una molestia, o la que afecta tu vida diaria.
Watson explicó que hay “niveles” de tratamiento para las personas con hiperhidrosis, de modo que si algo no funciona, se puede probar con la opción siguiente. Por ejemplo, el Botox puede ayudar a algunas personas que transpiran excesivamente en las axilas, pero los efectos son temporales, así que no se considera una solución a largo plazo.
Otras señales que eventualmente podrían dar cuenta de una hiperhidrosis:
- ¿Dejaste de usar camisas blancas por miedo a mancharlas excesivamente con sudor?
- ¿Un leve aumento de la temperatura ambiente desencadena una ola de sudor en tu cuerpo?
- ¿Evitas dar la mano cuando hace un poco de calor por el excesivo sudor en tus manos?
- ¿Tienes miedo de acercarte demasiado a las personas y que éstas sientan tu olor a sudor?
Pequeñas soluciones
Si te caracterizas por sudar mucho en las axilas, evidentemente lo primero que debes hacer es usar un antitranspirante. Si son tus pies los del problema, cambia los calcetines con más frecuencia, y prefiere aquellos que están hechos de algodón. Además, elige zapatos hechos de materiales naturales (como el cuero) para promover la sequedad.
Si suda mucho tu espalda, opta por telas como algodón, lana y seda, que permiten que tu piel respire más. La ropa que absorbe la humedad podría ser buena para el ejercicio. Asimismo, bañarse con regularidad ayuda a reducir olores derivados del sudor.
Davis explica que el antitranspirante también se puede aplicar en otras partes del cuerpo, aparte de las axilas.
Por último, si sudas más en periodos de ansiedad o estrés emocional, intenta con técnicas de relajación como el yoga o la meditación, recomienda la Clínica Mayo.