Durante la jornada de este jueves, Carabineros entregó más antecedentes respecto al artefacto explosivo que se encontró en la madrugada del 1 de enero al interior de la 18ª Comisaría de Ñuñoa, lugar donde además funciona la prefectura Oriente.
El hallazgo se realizó a las 00:45, detectándose un bolso en un estacionamiento cercano a los calabozos y a las residencias de los carabineros, lo que motivó la evacuación de las dependencias.
Al lugar llegó una unidad del GOPE que inhabilitó el paquete con un cañón de agua de alta presión.
El general Ricardo Solar, jefe de la Prefectura Santiago Oeste de Carabineros, detalló que el bolso contenía aproximadamente dos kilos de explosivos -TNT y pólvora negra-, además de clavos y algunos recipientes de gas butano.
El paquete contaba además con un sistema de detonación eléctrica con una fuente de poder y un temporizador que se encontraba en cero. La falla de este último evitó la explosión.
La bomba fue encontrada en el marco de una vigilancia preventiva que realizó la policía uniformada, debido a que la unidad de Inteligencia de la institución advirtió hace unas dos semanas sobre un posible atentado a dependencias policiales o a carabineros en tránsito.
Por el momento no existen reivindicaciones del hecho y tanto Carabineros como el Ministerio Público realizan las indagaciones para determinar la procedencia del artefacto.
Al exterior de la comisaría -que en diciembre de 2007 sufrió un atentado explosivo- se encontró una huella de zapato en un muro, lo que daría la hipótesis de que una persona trepó para depositar el bolso.