En un mundo ajetreado donde dormir prácticamente es un privilegio, es difícil completar las 7 u 8 horas de sueño que recomiendan los expertos, de hecho, en promedio se duermen 6, según datos del Instituto del Sueño.
Con el fin de comprobar si existía diferencia entre dormir una hora más o menos, el Centro de Investigación de Sueño de la Universidad de Surrey (Reino Unido) realizó un particular experimento, cuyos resultados fueron expuestos en un artículo del periodista científico de la BBC, Michael Mosley, quien además se sometió a una prueba paralela para conocer en primera persona lo que pasa en el organismo mientras descansamos.
Para el estudio de la U. de Surrey, se reclutó a 7 personas que normalmente duermen entre 6 y 9 horas, y fueron divididos al azar en 2 grupos.
“A uno se le pidió dormir seis horas y media; al otro, siete horas y media. Una semana después, los investigadores tomaron muestras de sangre e intercambiaron los grupos: se le otorgó una hora más de sueño a los que durmieron menos y viceversa”, explicó el reportero.
Tras revisar los resultados a dos semanas del experimento, se pudo comprobar que estas pequeñas modificaciones en el patrón de sueño producen cambios significativos en el organismo.
Para empezar, a quienes durmieron menos les resultaron más difíciles las tareas de agilidad mental a las que fueron sometidos, pero eso no fue lo más sorprendente.
Simon Archer, doctor a cargo del estudio, dijo que junto a su equipo descubrieron que unos 500 genes resultaron afectados.
“Cuando los voluntarios dormían una hora menos, los genes asociados con procesos como inflamación, respuesta inmune y respuesta al estrés se volvían menos activos. El equipo también notó un incremento en la actividad de los genes asociados con la diabetes y el riesgo de cáncer. Lo contrario ocurría cuando se añadía una hora de sueño”, explicó Mosley.
“Así que el mensaje claro de este experimento es que si usted está durmiendo menos de siete horas cada noche y puede alterar sus hábitos de sueño, así sea sólo un poco, esto podría repercutir positivamente en su salud”, añadió el periodista.
Prueba paralela
En su experimento paralelo, Mosley se dirigió al hospital John Radcliffe en Oxford (Reino Unido) donde lo conectaron a un encefalograma portátil para medir su actividad cerebral mientras dormía.
Tras dormir 7 horas y media, el reportero de la BBC conversó con la especialista Katharina Wulff, quien le mostró lo que pasaba mientras él descansaba. Le explicó, por ejemplo, que el cayó rápidamente en un sueño profundo, que es una etapa en que el cerebro “trabaja muy duro”.
“Una de las principales cosas que hace el cerebro es pasar recuerdos del archivo temporal al archivo de largo plazo, de manera que tengamos más espacio para recuerdos de corto plazo al día siguiente. Si no duermes en forma adecuada, estos recuerdos se pierden”, señaló Michael.
Por otro lado, le confirmaron que el sueño perdido en la semana no se puede recuperar el fin de semana. “Desafortunadamente, no funciona así, porque los recuerdos deben ser consolidados en un plazo de 24 horas”, indicó en el artículo. En este sentido, es muy importante dormir bien antes de un examen o prueba académica, ya que está comprobado que quienes no descansan bien les va peor.
Por otro lado el periodista dijo que el examen mostró que su cerebro “pasó por múltiples fases de otro tipo de actividad, llamada sueño MOR, o de Movimientos Oculares Rápidos (REM, por sus siglas en inglés)”.
“Esta es la fase en que generalmente estás paralizado, no te puedes mover, me explicó Wulff. Pero los músculos de los ojos no están paralizados; de ahí que se le llame sueño MOR”, agregó Mosley.
En esta etapa, “uno de los químicos relacionados con el estrés, la noradrenalida, se apaga. Es el único momento, en el día o en la noche, en que esto pasa. Nos permite permanecer calmados mientras el cerebro reprocesa las experiencias del día y nos ayuda a manejar eventos emocionales particularmente difíciles”.
Por ello, si no duermes bien o despiertas en medio de la noche “puede que el cerebro no haya manejado todas las emociones, lo cual puede dejar una estela de estrés y ansiedad. Tomar alcohol tarde en la noche no es una buena idea porque reduce el sueño MOR mientras el cuerpo lo procesa”, puntualiza el periodista.