Una jueza estadounidense rechazó el lunes la demanda de un detenido en la prisión de la base militar de Guantánamo, en huelga de hambre, de detener su alimentación por la fuerza, pero exhortó al presidente Barack Obama a pronunciarse sobre el tema.
Las autoridades de la controvertida prisión militar, situada en la isla de Cuba, reconocen que alimentan por la fuerza a 44 de los 120 detenidos que estarían en huelga de hambre. Ese amplio movimiento de protesta ingresó en julio en su sexto mes.
La jueza Gladys Kessler explicó en su fallo que las leyes adoptadas por el Congreso de Estados Unidos le impedían intervenir en algunos aspectos de la detención en Guantánamo, entre ellos el de la alimentación forzada de los huelguistas.
Destacó, sin embargo, “que queda una persona que tiene la autoridad efectiva para enfrentar este problema”, el presidente Barack Obama.
La jueza cita un discurso del presidente del 23 de mayo en el que hace referencia a la alimentación por la fuerza de los detenidos en huelga de hambre en Guantánamo. “¿Es esto lo que somos?”, había dicho Obama. “¿Es este Estados Unidos el que queremos legar a nuestros hihos? Nuestro sentido de la justicia es más fuerte que esto”, agregó.
Kessler evocó asimismo la Constitución norteamericana, que otorga al presidente el estatus de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. “Parecería, por tanto, que el presidente de Estados Unidos, como comandante en jefe, tendría la autoridad -y el poder- de abordar directamente la cuestión de la alimentación forzada de los detenidos de Guantánamo”, subrayó.
Cuatro detenidos de la prisión pidieron ante un tribunal federal de Washington el cese de la alimentación forzada de los huelguistas de hambre.
La demanda, en la que los cuatro presos –Ahmed Belbacha, Shaker Aamer, Abu Wa’el Dhiab y Nabil Hadjarab– piden que se suspenda esta práctica, que asimilan a la “tortura”, fue presentada a fines de junio por la organización Reprieve, que los representa, y por su codefensor, Jon Eisenberg.