El director del Consejo de la Cultura y las Artes en la región de La Araucanía, Benjamín Vogel, justificó el Golpe Militar en una carta de apoyo a los 16 efectivos en retiro de la FACh procesados por violaciones a los derechos humanos, quienes se encuentran detenidos en la Base Aérea Maquehue de Temuco.

Vogel se desempeñó como odontólogo de la Fuerza Aérea desde 1972 y la carta fue solicitada por uno de los procesados. En el texto, sitúa el golpe en un contexto histórico y justifica ese ámbito, asegurando que “al borde de una guerra civil” era imposible evitar los crímenes de lesa humanidad.

Además, indica que aún en el país hay una “ceguera prefabricada” que no permite comprender de manera objetiva lo que pasó a contar de 1973, y defiende a sus ex compañeros de armas que hoy están procesados por el ministro Alvaro Mesa en Temuco por la desaparición y muerte del médico Hernán Henríquez Aravena y del dirigente sindical Alejandro Flores.

El representante del CNCA no quiso hablar con Radio Bío Bío respecto a la carta publicada en El Gong, indicando que todo lo que tenía que decir estaba en el texto.

Víctor Maturana, coordinador del Centro de Promoción e Investigación de Derechos Humanos en Temuco, dijo que era grave que el representante de la cultura justifique la muerte y la tortura.

Matura indicó que la carta permite saber quién es Vogel y emplazó al Gobierno a precisar si respaldan las declaraciones del representante del Ministerio de Cultura

Temuco 11 de junio de 2013

Sr. Director:
Un ex suboficial de la Fuerza Aérea de Chile – de entre los 16 detenidos en libre plática en dependencias de la Ex Base Maquehue de Temuco- , me solicita una carta que acredite que le conozco. Se la dieron como tarea luego de tres semanas de careos, en relación a sucesos luctuosos ocurridos con motivo del Golpe Militar en 1973. Él, como los otros camaradas – que conozco desde hace 38 años – está detenidos por su calidad de funcionarios de la Fach, o, Voluntarios de Reserva; pues en octubre de ese año formaban parte de la Base Aérea. Todos están muy preocupados, y, se sienten personalmente abandonados, como también sus familiares que les visitan a diario.

En lugar de hacer 16 cartas, deseo manifestar en una comunicación pública, que los conozco a todos, y que les atendí profesionalmente como Odontólogo Militar, tanto a ellos como a sus familiares. Que compartí con ellos y gozamos la proverbial camaradería aviática, en innumerables oportunidades; y también en trabajos e ideas excelentes, como por ejemplo el desarrollo de las primeras Postas de Salud Rural – en lugares apartados de la Región – que se fundaron aprovechando los vuelos de instrucción de la Escuela de Helicópteros. Nombres como Casa de Piedra, Alto Yupehue, Coi Coi, Lobería, Reigolil, tuvieron milagrosos operativos sanitarios y en algunos puntos casi inaccesibles, se asentaron postas donde ahora atienden los Servicios Municipales de Salud, con caminos transitables y locomoción colectiva casi a la puerta.

Debo acreditar también, como persona inicialmente radicada en Santiago desde 1960, que ejercí como Profesor Normalista en la Población San Gregorio; luego cursé mis estudios superiores en la Universidad de Chile, y, posteriormente, me incorporé a la Fach como Odontólogo en 1972. Este recorrido me permitió analizar con espíritu crítico y académico, los múltiples entretelones y fallas políticas que se fueron acumulando inexorablemente; y que finalmente desataron en nuestro país tal locura y ausencia de sentido común – , llegando a niveles destructivos y de creciente odio ciudadano, difícil hoy de imaginar. Ya al borde de una Guerra Civil, era imposible evitar lo que vendría: violaciones a los Derechos Humanos, muertos y desaparecidos. A cuatro décadas de esos lamentables sucesos, cunde todavía la ceguera prefabricada, que obstaculiza la comprensión objetiva de esos tristes momentos de Chile. Y todavía se aviva intencionalmente ese afán odioso y sectario, que quiere hallar nuevos culpables como sea; aun hiriendo de paso a inocentes, o que debieran considerarse como tales, como primera presunción.

Finalmente quiero reflexionar que los Oficiales de Reserva, llamados al servicio activo (en condiciones especiales de calamidad pública). Son una Institución que estuvo y está vigente en todas las ramas de las Fuerzas Armadas. Es un honor hacer este voluntariado; pero, ¿habrá voluntarios disponibles en la próxima emergencia?

Acredito que me impulsa escribir esta carta, el orgullo y la responsabilidad de haber vestido el uniforme de la Fuerza Aérea de Chile; Institución donde adquirí los valores de Lealtad y Espíritu de Cuerpo Militar; últimos bastiones que tiene la Patria, para defenderse de oportunistas o demagogos, que históricamente la ponen en peligro.

Atte.
Benjamín Vogel Mast

Cdte, Escuadrilla S.D (R)
Temuco