Hace poco más de un mes, el mundo entero se dejó deslumbrar por un inspirador comercial de la marca Dove, titulado “Eres más hermosa de lo que crees”. En éste se mostraba un pequeño experimento, en que varias mujeres se describían ante un artista forense que realizaba su retrato hablado, basándose sólo en este relato.
Luego, se pidió a amigos de las participantes que contaran cómo era el rostro de la mujer al profesional, para que éste hiciera otro dibujo. Finalmente, al comparar ambos retratos, las voluntarias se dieron cuenta que el basado en la descripción de sus conocidos era mucho más bello, que el que se apoyó en sus propias descripciones.
Aunque la idea es motivadora, la revista científica Scientific American, dice que la investigación psicológica sugiere lo contrario
De acuerdo a los estudios de Nicholas Epley, de la Universidad de Chicago y Erin Whitchurch, de la Universidad de Virginia, las personas tienden a sobrevalorar la imagen que tienen de sí mismos y creen que son más atractivos de lo que realmente son.
Para llegar a esta conclusión, los expertos tomaron fotografías de los participantes y, utilizando un programa informático, produjeron versiones más y menos lindas de las fotos. Acto seguido, se les presentó la serie de imágenes a los participantes y se les pidió que identificaran las que no estuviesen modificadas. La mayoría eligió las que gracias al retoque los hacía lucir mejor.
Tras esta prueba, Epley y Whitchurch explicaron que las personas tienen este sesgo sobre sí mismos, aunque no con los extraños, pues se realizó el mismo experimento, pero con imágenes de otras personas y los participantes tendían a seleccionar bien las fotos.
Los especialistas explicaron que la gente reconoce los objetos más rápidamente cuando tiene representaciones mentales de éstos. Por lo tanto, si las personas creen que una foto mejorada de sí mismos corresponde a cómo se ven en realidad, es por qué tienen una representación mental mejorada de su imagen.