Un atentado con un automóvil bomba, perpetrado contra la embajada de Francia en Trípoli, dejó a dos guardias heridos y provocó importantes daños materiales durante la mañana del martes. Este incidente es el primer ataque contra intereses franceses desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, en 2011.
Este atentado, calificado de “acto terrorista” por las autoridades libias, tuvo lugar en un contexto local de inseguridad creciente y en un contexto regional marcado por el conflicto en Malí, donde el ejército de Francia intervino contra los islamistas radicales.
El presidente francés François Hollande, cuyo país participó en la operación militar internacional contra el régimen de Gadafi, indicó que espera que las autoridades libias “hagan toda la luz” sobre este ataque.
“Francia espera que las autoridades libias hagan toda la luz sobre este acto inaceptable, para que los autores sean identificados y comparezcan ante la justicia. Este acto toma como blanco, a través de Francia, a todos los países de la comunidad internacional que participan en la lucha contra el terrorismo”, afirmó Hollande en un comunicado.
“Los servicios del Estado, en contacto con las autoridades libias, harán todo lo necesario para aclarar las circunstancias de este acto odioso y para que sus autores sean rápidamente identificados”, agregó el canciller francés Laurent Fabius.
El presidente francés pidió a su canciller que viaje a Libia para tomar en el lugar todas las medidas necesarias y ocuparse de la repatriación de los dos gendarmes.
La explosión se produjo a eso de las 07:00 horas frente a la embajada, instalada en una residencia de dos pisos situada en una esquina del barrio residencial de Gargaresh. Según fuentes locales, la bomba habría sido instalada en un automóvil que estalló destruyendo los muros del recinto.
Debido a la potencia de la explosión, dos casas que estaban frente a la embajada sufrieron importantes daños y los vidrios de un comercio que se encontraba a 200 metros de distancia reventaron. Asimismo la calle de la legación fue inundada de agua, probablemente debido a la explosión de una cañería.
El ministro de Relaciones Exteriores libio, Mohamed Abdel Aziz, condenó este atentado y lo calificó de acto terrorista. “Condenamos firmemente este acto que consideramos un acto terrorista contra un país hermano que apoyó a Libia durante la revolución” de 2011 que derrocó al régimen de Muamar Gadafi, declaró a la AFP Abdel Aziz en el lugar del atentado.
Por el momento no se sabe nada sobre los autores ni sobre el motivo de este atentado.