¿Te has preguntado alguna vez cómo luciría ‘Barbie’ sin una pizca de maquillaje?
Para dar respuesta a esta interrogante, y demostrar que hasta la muñeca más popular del orbe puede verse normal, el artista gráfico Eddie Aguirre evidenció su asombroso “antes” y “después” en imágenes.
En la primera fotografía se puede ver a Barbie despojada de su usual máscara de pestañas, sombra de ojos y lápiz labial, adquiriendo una imagen mucho más natural que de costumbre. Además, llama la atención que esta versión de la muñeca posee ojeras, frizz en su cabello e incluso frenillos.
En la segunda, no obstante, se aprecia el modelo oficial de la muñeca de Mattel con sus características pestañas encrespadas, rubor y delineador negro, dejando de manifiesto el gran contraste entre ambas versiones.
Pero ¿cuál es la finalidad de graficar a Barbie con y sin maquillaje? De acuerdo a lo sentenciado por Aguirre, con este trabajo pretende demostrar que “nadie es perfecto o perfecta”, informó Inquisitr.com.
La obsesión por convertirse en Barbie
Este mensaje expuesto por el diseñador gráfico, sin embargo, no ha sido compartido por todos los seguidores de la muñeca.
Y es que en el último han alcanzado notoriedad mundial ciertos personajes, quienes han gastado dinerales en acercarse al estereotipo de belleza propuesto por Mattel.
La ucraniana Valeria Lukyanova (21) y el estadounidense Justin Jedlica (32) son algunos de ellos.
Lukyanova, famosa por su sorprendente parecido con la muñeca, se habría sometido a un aumento mamario y a cirugías en su cintura para alcanzar los estándares de Barbie.
Por su parte, Jedlica admitió sin tapujos haber pasado por más de 90 operaciones con el fin de parecerse a “Ken”.
Casos como los anteriores ejemplifican que la excesiva búsqueda por parecerse a estos muñecos puede llevar a trastornos psicológicos y alimentarios, como la bulimia y la anorexia.
En este contexto Rosa Raich, catedrática de Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), indicó que las chicas “Empiezan maquillándose, vistiéndose igual, copiando el peinado (…) Hay que empezar a preocuparse cuando empiezan con dietas estrictas y ejercicio físico excesivo”.
“Parece un fenómeno propio de edades tempranas y lo lógico es pensar que conforme crezcan, estas chicas dejen de hacer este tipo de cosas”. Pero si esto no sucede, las adolescentes pueden incluso perder “la noción real del propio cuerpo y creer que tienen que retocarlo hasta parecerse al patrón que les han inculcado, que en este caso es el de una muñeca”.
A juicio de la psicóloga, experta en trastornos alimentarios, parte del problema radica en que no se educa a los menores para que interpreten los mensajes de la publicidad.
“Hay que enseñar a los niños a entender e interpretar los medios. No podemos extrañarnos de que caigan en comportamientos de este tipo si los dejamos ante la televisión sin enseñarles a ser críticos con los mensajes que reciben”, explicó Raich a LaVanguardia.com, agregando que las muñecas y los patrones de mujer que se venden en los medios “sólo pretenden vender productos para que nos parezcamos a ellas”.