Este Sábado 2 de Febrero, se cumplen 15 años desde que el músico nacional Nino García decidiera “sacrificar su cuerpo, para salvar su alma”, como escribió en su carta de despedida, antes de tocar la última nota en su piano y emprender un viaje eterno.
Nino García fue un nombre conocido en el ámbito de la música popular chilena, especialmente por su participación en festivales y el interesante legado de canciones que son parte de nuestra historia musical, entre las cuales destaca “Espejismo”, “Sin razón”, “Entre paréntesis”, entre otras. No obstante, su obra musical comprende, además, reconocidos trabajos como arreglador e instrumentista de connotados artistas chilenos y extranjeros, y un valioso repertorio de piezas doctas, hasta ahora editado y difundido parcialmente.
En este período, se han realizado interesantes esfuerzos por rescatar su legado, a través de homenajes en que se interpretan sus obras, edición de discos póstumos y la publicación de los libros “Testimonio”, compilado por María Eugenia Zuñiga (editorial Senda, Estocolmo, año 2006) y la biografía “Sin razón: herencia musical de Nino García”, del autor Alejandro Cuevas, editada por Feroces Editores (2011), que corresponde a un proyecto sin fines de lucro.
Como reconocimiento a su obra y para conmemorar su partida, Feroces editores y la nueva gráfica chilena, instalarán afiches en Santiago con el objetivo de recordar su memoria y legado.
Este sábado 2 de febrero a las 19 horas se realizará un oficio religioso en Iglesia de San Francisco. Al finalizar la misa, Romilio Orellana ofrecerá un homenaje musical. Asimismo, el actor Patricio Scacchi interpretará la canción tributo compuesta especialmente para Nino García.
Carta homenaje de María Eugenia Zúñiga, viuda de Nino García
Nino García, considerado como un genio por sus pares, ya que era capaz desde la primera infancia de tocar y componer como una persona adulta. La música fue su lenguaje, a través de ella, en el piano o en su ligera pluma en la creación de conciertos, le suma a integrarse al quinteto Hindemith contando con solo 14 años, siendo esta agrupación musical una de las más destacadas en la vanguardia docta de la época. Compone Tango del Cerro Alegre y Piazzolada, cautivando la atención de todos los músicos y dotando los espacios con una alegría y espontaneidad muy poco comunes en nuestro medio local.
Participa también por la misma época, siendo un adolescente, en la dirección musical del sello RCA Víctor, espacio en el que hace arreglos orquestales para los artistas chilenos como también de grandes y notables artistas internacionales. La personalidad cautivante y la inteligencia desmedida hacían de él una persona notable. Los artistas de la llamada alta cultura como Luis Advis, Cirilo Vila, Fernando Rosas, entre otros, veían en este joven casi adolescente un talento poco habitual de muy elevado rango sin escatimar palabras para describirlo. Recorre los escenarios como decidido cantante de éxito ganando festivales sintetizando en sus creaciones la música docta y elevando desde allí, el discurso musical de las canciones en la música popular de este país.
Su sentido crítico y transgresor mostraba un claro desapego a los cortinajes ilusorios de las famas pasajeras y las hipocresías sociales, la música era su eje matricial y la perfección de ésta en su sentido profundo era trasladado y transmutado a sus espacios vitales. Se codea con el proceso caótico y dinámico creativo, volcando en un rito permanente la necesidad de volcar los estados interiores en ritmos e imágenes plasmadas en la posibilidad de crear un analogon del cosmos, las dimensiones de su singular experiencia de Ser y conocer.
La música es para Nino, un lenguaje natural, inherente a su potencia creativa y expresiva, el habitar en un constante sentirse conmovido y transformado atento a los datos propios de la naturaleza, en el espacio expresivo y creativo propia de la instancia contemplativa-reflexiva que aborda esos territorios desconocidos en el misterio de la trama de la vida autorrecreándose constantemente y fluyendo expresada en música, pródiga de belleza y complejidad reflectada en los ríos-espejos en la profundidad de su conciencia.
Su corazón generoso y solidario, comprometido con el profundo sentir humano, se antepone al cerco tendido por aquellos deudos del sistema mercantilista y egomaníaco, y herederos de totalitarismos incapaces de desvanecerse entre los que ostentan el poder y por ende, incapaces de comprender tal genialidad, situación que le llevó a trasladarse con su mujer y compañera a sectores populares compartiendo con mucha alegría su talento genial en la ejecución de obras cuando había cerca un piano, o simplemente su voz al compás de su voz, en actos sociales, solidarios y políticos.
Conocida era su admiración al escuchar y compartir en su apartado y pequeño espacio a Beethoven, Mozart, Brahms entre otros. Ejecutaba las obras de estos Maestros, y las creaciones propias con el mayor cuidado y refinamiento propias del rigor de su extrema sensibilidad., Dueño absoluto de un sentido del humor que nunca se hacía esperar. Demostró que la música de concierto, o docta era para todo tipo de público, con su mujer comparten la música, el amor, la solidaridad, el pan y el vino de la vida como sustento diario, cual elementos sagrados y conectados en la profundidad del Ser, asistido sin demora en la reciprocidad amable y sincera entre las gentes del pueblo.
Creía y vivía profundamente el decir de Juan, “el que tiene dos túnicas, de una al que no tiene, el que tenga un plato de comida, que la reparta con quien no tiene” su fé era en el amor que instaura la justicia, en ese Dios con “currículum” de lucha por la justicia en la historia…al decir de Boff, L. El sistema reduccionista y fragmentado, lineal y castrador, no acepta tales cosas como el desapego y la libertad con que ambos vivieron, es precisamente en ese contexto, donde Nino escribe una tras otra, sinfonías, conciertos, música de cámara, emergiendo de su más pura inspiración e intuición y cuya escritura que va sucediéndose unas tras otra sin tregua ni descanso.
Nino no abandona estos planos como muchos quisieran interpretar, un resfrío, una larga enfermedad, quizá un accidente, fue agredido de muerte por la pena máxima de la época, la indiferencia y el sistema de libre mercado.
Su legado musical, espiritual, su profundo amor y compromiso social intransable se eleva y reparte a la vez hoy en el corazón y amor de los personas sensibles y muy especialmente entre los músicos chilenos, en estas nuevas generaciones por ejemplo, que no tardan en cautivarse, e investigar acerca de la vida de este músico genial, jóvenes músicos que han sido capaces también de mostrar su afecto y admiración componiendo en homenaje a él cuidadosas y bellas obras musicales.
Su legado se reparte también en músicos connotados que llevan la Música compuesta por Nino más allá de nuestras fronteras en escenarios de elevada estatura musical mundial. La fusión de lenguajes musicales diversos, el cariño y reconocimiento fruto de un amor que se queda en nosotros, hacen hoy más grande aún la presencia humana y musical de un artista que fuera capaz de vivir consecuentemente en la ética más profunda del sentido de lo humano y la mística en lo cotidiano trascendido.
Gracias amigos y artistas, ¡Viva la música chilena! ¡Viva Nino García.¡
Febrero del 2013, Santiago de Chile
http://www.youtube.com/watch?v=6j6NXPWE2L4