El presidente sirio Bashar al Asad llamó este domingo a un “diálogo nacional” cuando terminen las operaciones militares, aunque lamentó no haber encontrado hasta ahora un “socio” para aplicar una solución política al conflicto que devasta el país desde hace 21 meses.
En su primer discurso en siete meses, retransmitido en la televisión oficial siria, Asad aseguró que si hay transición debería realizarse “en conformidad con los términos de la Constitución”, en referencia a unas elecciones.
Añadió que este conflicto, que según la ONU causó más de 60.000 muertos, no enfrenta “al poder y la oposición, sino a la patria y sus enemigos, al pueblo y sus asesinos”, y agregó que algunos de ellos querían la partición de Siria.
El presidente sirio hizo estas declaraciones en el escenario de la Casa de la Cultura y de las Artes, en el centro de Damasco, donde llegó bajo los aplausos de cientos de personas que gritaron “¡Por nuestra alma y por nuestra sangre, nosotros nos sacrificaremos por ti!”.
Detrás del presidente había una enorme bandera siria compuesta por numerosos rostros.
Desde que en marzo de 2011 estalló una revuelta popular contra el poder que luego se transformó en guerra civil, el régimen de Damasco equipara a los rebeldes y opositores con “terroristas” armados y financiados por el extranjero, y denuncia “una conspiración” contra Siria.