Jonathan Carpio Valdivia siempre quiso experimentar la vida militar, además de que por un tema económico fue la oportunidad de formar parte de una institución, donde resalta, se puede surgir como lo es el Ejército.
Carpio llegó como un conscripto más, pero al poco andar, conoció lo que sería su vocación, y como miles de estudiantes que están a poco de decidir qué camino seguirán, en cuanto a su vida profesional, este joven uniformado se decidió por las Fuerzas Armadas y de Orden.
¿Cómo ha sido tu experiencia hasta el momento y cómo llegaste a hacer el Servicio Militar?
Hice el Servicio Militar en la Armada, en la Isla Quiriquina, donde hice el período básico de instrucción. Llegué a hacerlo por familiares que también lo hicieron, además que desde chico quise tener una experiencia militar, ese tipo de aventuras que uno se imagina a través de las películas.
¿El tema económico influyó en tu decisión de ser conscripto?
Sí, yo no soy una persona que tenga muchos recursos como para entrar a una universidad o un instituto. Tuve la posibilidad de entrar a la Armada, que era bastante buena, de estudiar y poder seguir adelante, subiendo los escalafones y aumentando cada vez más el dinero. Uno pensaba que era algo fácil pues uno no se imagina que uno tiene que estudiar, pues en la Escuela de Grumetes o haciendo el Servicio Militar también se estudia bastante, y eso es algo que la mayoría de los jóvenes no saben.
¿Alguna anécdota que recuerdes?
Una de las cosas que más me costó fue levantarme a las cinco de la mañana, pararme al lado del mar esperando el pito para meterse directamente al agua y aguantar nomás, creo que esa fue una de las cosas que más me costó y marcó al hacer el Servicio Militar.