Carlos Fardella, endocrinólogo e investigador del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia, se ha dedicado a estudiar la presión arterial en pacientes hipertensos. Es en este contexto que identificó 2 anomalías que juntas originan el 25% de los casos.
Se trata de la presencia elevada de la hormona Aldosterona -encargada de la reabsorción de agua y sodio desde el riñón-, y alteraciones del metabolismo del Cortisol –conocida como la hormona del estrés-.
Gracias a este importante descubrimiento los pacientes podrán recibir un tratamiento más específico, ya que además de preocuparse de bajar la presión se atacará directamente al desajuste hormonal.
En la actualidad se sabe que la aldosterona, independiente del efecto en la presión arterial, puede provocar un daño a nivel cardíaco y cerebrovascular, por lo tanto, tratar sólo el cuadro hipertensivo, no detiene el daño vascular ni en otros órganos, haciendo fundamental el tratamiento etiológico. Además, la aldosterona puede por diferentes mecanismos provocar alteraciones de la glicemia y del sistema inmune.
“La sal es muy dañina. Y de acuerdo a la última encuesta nacional de salud, el promedio de ingesta entre los chilenos es de unos 9.8 gramos, es decir, el doble que lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Además, la sal también puede dañar las paredes de los vasos, independiente o no de si sube la presión”, indica Fardella.