Las alarmas se activaron en la región luego que se detectara la presencia de una peligrosa alga en el río Bío Bío, conocida como didymo, que daña los ecosistemas y que perjudica a la potencial actividad turística.
La plaga, conocida vulgarmente como “moco de la roca”, fue detectada en torno a los lagos Galletué e Icalma, que dan origen al río Bío Bío, los cuales se encuentran jurisdiccionalmente en la Araucanía. Por eso, la Subsecretaría Pesca definió a esa región como zona de plaga de didymo.
Sin embargo, se teme que esta alga avance rápida e inexorablemente río abajo, afectando la actividad turística de las áreas cordilleranas y precordillanas que se basa en contar con atractivos naturales, como los ríos y lagos.
De hecho, Alto Bío Bío sería uno de los primeros territorios en ser afectado, lo cual golpearía la incipiente actividad turística que se lleva a cabo en una de las zonas más empobrecidas del país.
La información de la eventual plaga fue confirmada por la seremi del Medio Ambiente, Marienne Hermann, quien sostuvo que ya se han realizado reuniones de coordinación con los servicios públicos para tomar las medidas que permitan controlar este mal.
Se presume que el didymo, originaria del hemisferio norte, habría ingresado al país entre las ropas o implementos de quienes justamente vienen del extranjero a Chile para practicar la pesca deportiva.
Además de afectar a las poblaciones de peces y algas nativas, cuando esta alga florece de manera intensiva ocasiona que las aguas se oscurezcan y hace que los ríos sean pocos atractivos para los turistas. Incluso, no se puede pescar, ni remar, ni practicar natación.
De acuerdo al Servicio Nacional de Pesca, esta especie no puede ser erradicada, por lo que solo queda tratar de contenerla, lo cual se efectúa mediante exhaustivos controles y desinfecciones a prendas de vestir y artículos usados a la hora de entrar a ríos y lagos.