Damnificados del terremoto en Lota se tomaron la ruta 160 a la altura del sector Pablito debido al nulo avance de las obras de sus departamentos, en función de los reparos presentados por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Por más de dos horas permaneció cortado el tránsito vehicular en el sector Pablito de Lota, punto crucial y único de comunicación entre la ruta 160 que une las provincias de Concepción y Arauco.
Los protagonistas fueron alrededor de 100 damnificados por el terremoto de 2010, parte de las 680 familias que esperan un departamento, pero cuya construcción en el sector Lota Green, donde funcionó una empresa de ladrillos refractarios, todavía no comienza.
Las razones para el nuevo retraso son las objeciones presentadas por el Consejo de Monumento Nacionales, que considera un sitio histórico el lugar del emplazamiento de los edificios, explicó Marcela Arriagada, presidenta de las beneficiadas por el proyecto Lota Green, quien estima que el lugar no posee restos para conservar y sólo sirve de refugio para delincuentes.
Son cerca de 3 mil los afectados que esperan una respuesta… los manifestantes fueron apoyados por otros damnificados que ya habitan sus nuevas casas y que incluso se inscribieron después que aquellos de Lota Green, como Magaly Ortiz, de la aldea 27 de Febrero.
El encargado de vivienda de la municipalidad de Lota, Eduardo Paredes, apoyó la demanda.
Los beneficiados pertenecen a diversos sectores de Lota, como villa Ignacio, Los héroes, Camilo Escalona, Lota Bajo, Cantera, 21 de mayo y del mismo Lota Green.
La acción de protesta, que incluyó neumáticos encendidos, provocó un gran atochamiento vehicular, pero no hubo detenidos en función de un retiro pacífico de los vecinos tras fijar una reunión, en Concepción, con Julio Rodríguez, encargado reconstrucción del serviu.
Este miércoles el Consejo de Monumentos Nacionales sostendrá, en Santiago, una reunión para tratar el tema, pero lo fundamental se cumplirá el martes 16 del mes en curso, cuando el consejo de arqueólogos defina si conserva los restos.
Con ello, los manifestantes entienden que, con suerte, las obras de sus ansiados departamentos empezarían en marzo del 2013 y con ello crece la angustia al avizorar otro invierno viviendo en aldeas, de allegados y en precarias condiciones.