La nutricionista registrada y editora de la revista EatingWell, Kerri-Ann Jennings, advirtió que si bien las sartenes antiadherentes nos permiten cocinar con menos aceite que uno de acero inoxidable, no siempre son saludables.
Esto, porque la mayoría de este tipo de recipientes contienen perfluorocarbonos (PFC), productos químicos vinculados a daños al hígado y problemas de desarrollo.
Por ello, antes de usar una sartén antiadherente, Jennings entrega algunos consejos:
1. Bajar el calor. Los PFC se liberan a la atmósfera en forma de gases tóxicos cuando se calienta demasiado la sartén. Para evitar que esto pase, no debes usar el fuego a su máxima potencia, además de nunca calentar el recipiente cuando esté vacío.
2. Usa utensilios de madera o silicona. Los PFC pueden liberarse más si el recubrimiento antiadherente está rayado. Por eso es importante usar solamente utensilios de madera o silicona.
3. Lavarlos a mano. El lavavajillas emite calor y eso liberará más PFC que si lavas el utensilio a mano con una esponja o paño no abrasivo.
4. Busca una sartén antiadherente sin PFC. Estos recipientes se comercializan bajo el sello de “verde” o “ecológico” y tienen capas que no se rompen cuando se usan a fuego alto.
5. Opta por el hierro fundido: Si definitivamente no quieres usar una sartén de este tipo, pero tampoco quieres que se te pegue la comida, una opción son las confeccionadas con hierro fundido.