Alrededor de 700 mil personas ya regresaron a los registros del Dicom, a pesar de que en febrero fueran borradas de los registros comerciales, con la entrada en vigencia de la ley.
Desde el Sistema Nacional de Comunicaciones Financieras calificaron la situación como normal, dada la experiencia del “borrón” del 2002, e indicaron que otorgar perdonazos no cumple con los objetivos deseados.
Cuando se aprobó la ley “no más Dicom” en el mes de febrero, cerca de 3 millones de consumidores fueron borrados del registro comercial, por mantener deudas vigentes inferiores a los 2 millones y medio de pesos. Sin embargo, a la fecha, 696 mil deudores nuevamente ingresaron al sistema.
Para el diputado PPD y gestor de la iniciativa legal, Felipe Harboe, las cifras demuestran una normalización del proceso y que siguen existiendo “malos pagadores”.
Harboe hizo un llamado a la banca a que no intente de limpiar su imagen, ya que a su juicio para algunas instituciones financieras es un muy buen negocio que las personas no paguen sus créditos.
En tanto, el senador Eugenio Tuma, gestor de una iniciativa similar en el año 2002, acusó al Sistema Nacional de Comunicaciones Financieras y a la Cámara de Comercio de distorsionar un beneficio. Tuma indicó que las instituciones que analizan este tema son precisamente las mismas que por años han obstaculizado los beneficios a los consumidores.
Los indicadores coinciden con las entregadas por la Cámara de Comercio de Santiago, que en su boletín comercial han ingresado 700 mil ruts morosos desde febrero, y cifran en 1 millón 654 mil la cantidad total de morosos.
El gerente de información comercial de la Cámara de Comercio de Santiago, Francisco Arguello, indicó que este aumento en las morosidades puede deberse a una nula comprensión del denominado “borrón”.
En tanto, la gerente comercial del Sistema Nacional de Comunicaciones Financieras, Paola Bustos, indicó que estas cifran constatan que con el borrón no se benefició a quienes se pretendía ayudar y se generaron perjuicios tales como aumento del riesgo de crédito, alza de tasas de interés producto del mayor riesgo, creación de una cultura de no pago en algunos sectores y sobreendeudamiento.