En una época en que la sociedad de cada nación debate sobre la legalización o no del matrimonio homosexual, comienzan a confluir gran cantidad de datos o estudios que parecen apoyar tanto una como otra postura.
Sin embargo una de las más polémicas fue dada a conocer en la forma de un testimonio. Se trata de un ensayo escrito por Robert Oscar López, un profesor estadounidense de origen latino que fue criado por su madre y su pareja lesbiana.
En el texto, publicado por The Whiterspoon Institute el 6 de agosto y replicado por diversos medios conservadores, López explica las dificultades que tuvo durante su infancia y juventud debido a la relación de 17 años que mantuvo su progenitora, las que -afirma- lo llevaron a convertirse en bisexual además de ser socialmente retraído, sin amigos.
“Crecer con padres gay fue algo muy difícil. Y no lo digo por los prejuicios de los vecinos, quienes en mi caso ni siquiera sabían lo que sucedía”, afirma López.
“Cuando tu vida doméstica es tan drásticamente distinta a la de todos a tu alrededor, esto afecta tus relaciones y creces siendo raro. No tengo desórdenes mentales, pero crecí en una casa tan inusual que estaba destinado a vivir como un paria social”, asegura.
Para López, el efecto más nocivo en su crecimiento fue la falta de modelos paternos y maternos que le permitieran entender cómo funcionaban su comunidad.
“Incluso si los padres de mis amigos estaban divorciados, aún crecían viendo a sus modelos masculino y femenino. Aprendían de los hombres a ser decididos o de las mujeres a ser sensibles. Desde luego estos son estereotipos, pero los estereotipos son útiles cuando inevitablemente debes dejar la seguridad del hogar de tu madre lesbiana para sobrevivir en un mundo donde todos piensan en términos de estereotipos… incluso los gays”, confidencia.
“Como resultado, tuve muy pocos patrones sociales que ofrecer a mis potenciales amigos, ya que no tenía ni confianza ni sensibilidad hacia los demás. Así, me era difícil hacer amistades y terminaba aislándome”.
En palabras de este profesor de inglés, uno de los peores problemas que debió enfrentar es que no conocía las formas en las cuales debía llevar una relación para acercarse al sexo opuesto, algo que incluso los gays criados en familias heterosexuales conocen pero rara vez valoran.
“Cuando me fui del hogar materno, fui inmediatamente marcado como un marginado debido a mis modales afeminados, mis ropas extravagantes, pronunciación y otras rarezas. A nadie debiera extrañarle que saliera de la secundaria siendo virgen, sin haber tenido nunca una novia”, concluyó.
López escribió su ensayo en apoyo al estudio del sociólogo Mark Regnerus, quien tras realizar entrevistas a 248 adultos criados en hogares con padres homosexuales, afirma que la mayoría de sus experiencias fueron negativas, lo que le ha valido duras críticas de otros investigadores y de activistas por los derechos de las minorías sexuales.
“Independiente de si la homosexualidad es algo genético o aprendido, o si el matrimonio homosexual es legalizado o no, ser extraño es algo difícil. Impone desafíos mentales, hace muy difícil conseguir amigos, interfiere con el crecimiento profesional y en algunos casos te lleva por un camino de automedicación en la forma de alcoholismo, drogas, ludopatía, comportamiento antisocial o sexo irresponsable. Los niños con padres del mismo sexo tienen un duro camino por delante. Lo sé porque he estado ahí”, sentenció López.