Fuerte controversia en redes sociales ha generado la información develada por el diario La Tercera respecto de la negativa de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) para dar a conocer un documento donde se demostraría que la institución fue negligente en el mantenimiento de la aeronave que provocó la tragedia de Juan Fernández, cobrando la vida de 21 personas.
Según recoge el portal de noticias El Mostrador, la FACh había recibido en septiembre de 2002 un documento denominado COM 212-255 de la empresa EADS, a cargo de la fabricación de los aviones CASA 212, en el que se explicitaba que “un operador ha reportado la rotura de 3 de los 4 bulones (pernos) que unen la dos mitades del tubo interconexión” de los mandos de la nave.
“CASA ha llevado a cabo un examen representativo de dichos bulones en otros aviones con largos períodos de aparcamiento o en condiciones de ráfagas, encontrándose grietas en algunos de ellos”, continúa el instructivo, concluyendo que las aeronaves sometidas a fuertes ráfagas de viento y con más de 4 años de uso deben ser sometidas a revisión para sustituir la pieza.
En agosto de 2007, se reiteró la necesidad de verificar un eventual defecto en los pernos pertenecientes a la cabina, sin embargo, semanas antes del accidente en Juan Fernández, las tareas de mantención continuaban pendientes.
De hecho, en un documento de la institución denominado “Hold Item List” elaborado después de la tragedia, se especifica que entre las tareas pendientes en la mantención del avión se encontraba el reemplazo de la pieza PN212-46110-3403, es decir, la pieza que podía fracturarse.
El matutino explica que mediante la Ley de Transparencia, solicitó a la FACh los antecedentes sobre la mantención de los pernos, sin embargo la institución se negó a entregarlos aduciendo que se trataba de “secreto militar” y que revelarlos podía “afectar la seguridad de la nación”.
Al respecto, el diputado PPD Jorge Tarud rechazó la decisión de la FACh de no entregar dicha información técnica y responsabilizó a la institución por no haber realizado las mantenciones correspondientes.
Tarud dijo que llamarán a la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados al ministro Andrés Allamand y al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas para realizar una investigación que clarifique estos hechos.
El misterio del localizador de emergencias
Una segunda interrogante que se suma a este hecho, es que la FACh haya demorado 11 días en encontrar el punto exacto donde se accidentó el avión, considerando que toda aeronave, civil o militar, debe poseer un sistema ELT (localizador de emergencias), que se activa manualmente en caso de problemas o de forma automática al impactar contra el agua o tierra.
La investigación determinó que 37 días antes del fatal accidente, la FACh ordenó el cambio del sistema ELT de sus aviones CASA 965 y 966 -este último protagonista de la tragedia- debido a que los equipos usados hasta el momento estaban “defectuosos”.
Hasta el momento sin embargo, la Fuerza Aérea no ha aclarado si efectivamente cambió el sistema ELT y, en caso de haberse reemplazado, por qué no operó como correspondía.
Los expertos consultados coinciden en que de haber trabajado apropiadamente, los equipos de rescate habrían tardado días o incluso apenas horas en dar con el sitio exacto del accidente.
Recordemos que no es la primera vez que una rama de las Fuerzas Armadas se acoge al recurso del secreto de Estado para no entregar antecedentes sobre su actuación en el caso de una tragedia.
Esto porque en enero del año pasado, la Armada se vio obligada a entregar antecedentes sobre la evacuación de personal de la institución y sus familiares desde Talcahuano tras el terremoto de 2010 en el buque Aquiles, donde se habrían detectado irregularidades.
Ante la solicitud de un particular para conocer detalles de la operación, la Armada negó los datos por considerarlos bajo secreto militar, sin embargo se vio forzada a hacerlo tras ser requerida por el Consejo de Transparencia, información a la que BioBioChile tuvo acceso en exclusiva.