El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) destacó hoy que es posible hacer humor sin discriminar, ni dañar la dignidad de la personas, como quedó manifiesto en la 53 versión del Festival Internacional de la Canción de Viña de Mar.
“Así como el 2011 repudiamos públicamente el carácter homofóbico de varias de las rutinas de humor del Festival de Viña del Mar, recibiendo una docena de denuncias de personas y familias que se sintieron ofendidas, en esta nueva versión del certamen se demostró que alcanzar altos rating y el éxito sin recurrir a componentes homofóbicos y transfóbicos y sin dañar la dignidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales u otros grupos humanos”, sostuvo la organización.
En ese sentido, el Movilh valoró al “director del Festival de Viña, Pablo Morales, por adoptar las medidas necesarias para prevenir contenidos discriminatorios en las rutinas de humor, cumpliendo el compromiso adquirido con nuestra organización en reunión sostenida el año anterior”.
El movimiento de minorías sexuales destacó “especialmente las rutina de los humoristas del Festival de Viña 2012, pues en sus referencias a las minorías sexuales u otros grupos humanos, más que reírse ‘de’ ellos, lograron reírse ‘con’ los mismos. Se estuvo en presencia de rutinas donde, en síntesis, el humor fue sobre nosotros/as los/as mismos/as, los chilenos y chilenas, y no contra otros u otras, como ocurrió el 2011”.
Para el organismo “el humor en algunas ocasiones es una excelente expresión de nuestros problemas, de nuestras virtudes y defectos y en, ese sentido, buena parte de las rutinas del recién pasado certamen fueron una muestra de ello”.
Junto con detallar que “a diferencia del 2011 no recibimos ninguna denuncia o queja por las rutinas de humor del Festival, antecedente que es suficiente para concluir que no se hirió la dignidad de personas, lo que aplaudimos y festejamos”, el Movilh hizo un llamado a todos los humoristas del país.
“Instamos todos los humoristas del país a transitar por vías donde el respeto a la dignidad por los/as otros/as sea un sello. Un sello que en ningún caso afecta la creatividad, por el contrario la potencia, ni menos la libertad de expresión o el éxito de las presentaciones, como quedó demostrado en el recién pasado Festival de Viña de Mar”, puntualizó la organización.