La Guía Práctica del endeudamiento es una iniciativa del Sernac que busca educar a los consumidores frente a las ofertas que realiza el mercado, y a su vez, interiorizar una serie de prácticas a las que debemos colocar especial atención al momento de comprar algún producto o servicio.
El crédito es un préstamo que un banco o casa comercial le otorga a su cliente, con el compromiso de que el cliente devolverá dicho préstamo en forma gradual (mediante el pago de cuotas) o en un solo pago y con un interés adicional que compensa a la institución por todo el tiempo que no tuvo ese dinero en su poder, ya que se lo prestó a una persona o institución.
¿Ahorro o crédito, qué es más conveniente?
Lo ideal es planificar los gastos y ahorrar para enfrentar situaciones presupuestarias. Sin embargo, cuando no es posible juntar el dinero mes a mes, el crédito -usado responsablemente- es una herramienta de consumo que permite, por ejemplo, repactar deudas, enfrentar situaciones de financiamiento impostergables o encausar una inversión para lograr algún emprendiemiento.
¿Cuándo solicitar un crédito?
Cuando necesites contar con una cantidad de dinero de manera inmediata para financiar deudas, adquirir productos o contratar un servicio determinado.
¿Qué requisitos debo tener para acceder a un crédito?
Para acceder a un crédito bancario, debes contar con antecedentes comerciales adecuados; es decir, NO tener protestos de documentos, deudas impagas, entre otros. También debes demostrar ingresos (sueldo) que le permitan determinar al banco o casa comercial si podrás o no pagar la deuda.
Qué debo considerar antes de pedir un crédito:
Cotizar, comparar e informarse muy bien de lo que ofrece el mercado. No debes dejarte llevar sólo por ofertas publicitarias, pues ningún crédito es gratis.
A su vez, pregunta todo lo que no entiendas: precio del crédito (si pides 1 millón, cuánto más terminarás pagando), número de cuotas, plazos ofrecidos (meses, períodos de gracia) la tasa de interés, comisiones, impuestos, seguros ofrecidos, gastos notariales u otros permitidos por ley.
OJO con los ofertones:
Es clave asumir racionalmente esta clase de compromisos financieros, sin dejarse tentar simplemente por “ofertones” o “regalos” que, en definitiva, distraen la atención de lo esencial y finalmente son cancelados por los ti mismo a través del pago del crédito. Los regalos, los termina pagando el consumidor, así que ojo con las tentaciones de TV, juegos, entre otros.
Los seguros incluidos en los créditos, bienes y servicios:
En el caso de que existan seguros, estos deben ser expresamente aceptados por el consumidor. Cabe recordar que la contratación de seguros es voluntaria y no puede condicionar la contratación de tú crédito.
Para la ley del consumidor “el silencio no otorga”, es decir, el hecho de que no manifiestes tú opinión con respecto a un servicio, no significa que lo hayas aceptado.
¿Me ofrecieron un crédito preaprobado, qué hago?
Los famosos créditos preaprobados, no son un crédito en sí. Por lo tanto, es una oferta que puedes aceptar o rechazar.
Un crédito preaprobado NO es un regalo, debes pagar por él. Por ello, hay que exigir toda la información relevante (restricciones, condiciones, etc) y tomar todas las consideraciones con respecto a tú capacidad de pago como en cualquier crédito, y preguntarte si realmente lo necesitas.
Solicita TODO por escrito:
Cuando tomes la decisión de qué crédito tomar, cuánto y dónde, exige que toda la oferta quede por escrito; especialmente el cobro de intereses, el valor de la cuota y las consecuencias del no pago (intereses por mora, que está regulado por Ley).
Nunca firmes nada sin antes estar seguro y leer lo que firmas. Cuando hayas firmado, exige una copia del contrato.
Consumo responsable:
Asume el crédito con responsabilidad, con deudas que buenamente puedas pagar, así como empresas que entreguen información veraz y oportuna sobre el costo final del crédito.
Si te interesa saber más, puedes revisar la Guía Práctica del Endeudamiento completa AQUÍ