El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, realizó una breve visita al ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, en convento de las Siervas de Jesús de la Caridad en Providencia. Una de sus víctimas, Juan Carlos Cruz, aseveró que no le molesta este acto, pero que le gustaría que Ezzati tuviera la misma preocupación con lo que hace Karadima cuando sale de su reclusión canónica.
Poco más de diez minutos estuvo el Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, al interior del convento Las Siervas de Jesús en la comuna de Providencia, donde el sacerdote Fernando Karadima cumple un régimen de oración y penitencia impuesto por el Vaticano, tras declararlo culpable de abuso sexual a menores.
Luego de realizar esta breve vista – y en medio de gran expectación de los vecinos del sector – Ezzati no quiso entregar declaraciones, y se restó a desear una feliz navidad a todos los presentes.
Sin embargo, desde el Arzobispado de Santiago aseguraron que esta actividad se da en el marco de la Navidad, donde el Arzobispo, como un gesto de caridad cristiana, ha visitado algunos recintos penales.
Esta reunión se da luego de la polémica que causaron las imágenes el ex párroco de El Bosque saliendo del convento – e incluso visitando en las termas del Corazón – mientras cumple su condena canónica.
Esto se suma a las declaraciones del mismo Arzobispo de Santiago, quien afirmó que Fernando Karadima tiene la posibilidad de abandonar el recinto religioso, pues no es una cárcel.
Esta situación trajo repersuciones, especialmente entre las personas que fueron abusadas por el ex párroco del El Bosque.
Juan Carlos Cruz, uno de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, se refirió en conversación con La Radio a esta visita.
Cruz aseguró que no le parece mal, pero que es mejor que lo haga en silencio. Agregó que el Arzobispo de Santiago debería tener la misma energía para preocuparse dónde anda Karadima y no decir que no es su carcelero….
Agregó que es preocupante que no existen las autoridades eclesiásticas que que el país se merece, ya que siempre piensan, antes que todo, en cubrirse sus espaldas para proteger a la institución.