El papa Benedicto XVI explicó este jueves que realiza su primera visita oficial a Alemania “para hablar de Dios” en una sociedad marcada por una “creciente indiferencia” a la religión.
“No he venido aquí fundamentalmente debido a determinados intereses políticos o económicos, como hacen otros hombres de Estado, sino para ver a las personas y hablar de Dios”, declaró el sumo pontífice en su primer discurso, en el Castillo Bellevue de Berlín, donde fue recibido por el presidente de la República, Christian Wulff, con los honores militares.
“En lo que respecta a la religión, asistimos a una creciente indiferencia en la sociedad que, en sus decisiones, considera la cuestión de la verdad más bien como un obstáculo, y dando por el contrario la prioridad a las consideraciones utilitaristas”, agregó.
Benedicto XVI llegó el jueves por la mañana a Berlín en una visita oficial de cuatro días a su país natal, con objetivos políticos y ecuménicos.
El primer Papa alemán en 500 años también se refirió al pasado nazi de su país, en el parque de la residencia presidencial bajo un sol radiante.
“La mirada clara sobre las páginas oscuras del pasado nos permite aprender del mismo y recibir impulsos para el presente”, declaró.
Por su parte, el presidente alemán pidió a la Iglesia Católica que viva en la realidad y con su época. “La Iglesia y el Estado están separados en nuestro país, con buenas razones. Pero la Iglesia no es una sociedad paralela. Vive en esta sociedad, en este mundo y en esta época. Es por eso que ella misma también debe hacer frente a nuevas cuestiones”, declaró Wulff, de religión católica.
La Iglesia Católica debería mostrar más comprensión para los divorciados, afirmó el miércoles el presidente alemán, que se divorció en 2007 y volvió a casarse en 2008. La Iglesia católica no reconoce el divorcio.