La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) empezó este martes a sesionar en Bogotá, en el marco de su periodo ordinario de sesiones públicas, sobre un caso de discriminación contra la jueza chilena Karen Atala, apartada de sus hijas por ser lesbiana.
“Soy abogada de profesión, jueza por oficio y además soy lesbiana”, empezó a declarar Karen Atala, madre de tres hijas de 17, 13 y 11 años.
“El ser mujer, el ser madre es parte de mi identidad”, dijo la jueza, expresando su “dolor” por haber sido separada de sus hijas.
La magistrada se separó de su esposo en 2002. La Corte Suprema determinó en 2004 que su ex marido debía tener la custodia de las tres niñas por la orientación sexual de ella y su convivencia con otra mujer.
La Corte consideró que las pruebas “demostraban fehacientemente el daño sufrido por las menores bajo el cuidado personal de su madre”, generando un debate en el cual los partidarios de este fallo consideraron que era un simple caso de custodia y no de discriminación.
El caso fue remitido el 17 de septiembre de 2010 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que presentó una demanda contra el Estado de Chile.
La Comisión solicitó a la Corte Interamericana que declare que “el Estado chileno incurrió en responsabilidad internacional por la (presunta) violación de los derechos a la igualdad y no discriminación, vida privada y familiar, familia, protección especial de las niñas, garantías judiciales y protección judicial”.
“Quiero volver a ser una mujer íntegra (…) Ojalá esto no vuelva a pasar nunca más”, dijo a la Corte la demandante.
Según los abogados de Atala, el fallo en este caso, que se dará en los próximos meses, será histórico, ya que la CIDH no se ha pronunciado nunca sobre un asunto de discriminación por orientación sexual y sentará un precedente ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.